Delirando en calles de petróleo. Caminando por laberintos con olor negro. Una cortina de humo aislaba la ciudad. El fuego nos esperaba. Días enteros incendiados los pantanos para que leyésemos con ceniza en la boca. Leímos, comimos, mutamos y somos petróleo con corazones de fuego y sin miedo a incendiar todo.
no hay patria mas infinita que el lenguaje
ResponderEliminaryeah!