En cada rincón de tu cuerpo
encuentro alojo a mis edades
sótanos deshabitados
dónde los martirizados colgaron el cuello
esas pequeñas partículas subatómicas
de mujer
capricho evolutivo
que detienen el tiempo
presionan el humor de mis ojos
hasta volverme un esqueleto
de arena
de noche
de saliva
son el último suspiro al encuentro de astros
en los dientes de perla zodiacal
hasta las penetraciones diáfanas de mi guadaña erecta
mortalmente erecta
en la sepultura benigna de un dios creado
por la oscilación de nuestras lasitudes amorosas.
encuentro alojo a mis edades
sótanos deshabitados
dónde los martirizados colgaron el cuello
esas pequeñas partículas subatómicas
de mujer
capricho evolutivo
que detienen el tiempo
presionan el humor de mis ojos
hasta volverme un esqueleto
de arena
de noche
de saliva
son el último suspiro al encuentro de astros
en los dientes de perla zodiacal
hasta las penetraciones diáfanas de mi guadaña erecta
mortalmente erecta
en la sepultura benigna de un dios creado
por la oscilación de nuestras lasitudes amorosas.
En cada rincón de tu cuerpo
almas vírgenes se secretean el infinito
en hipérbolas fantasiosas
trazando relatividades de un poro a otro
rezando
cantos con fe de uñas para dentro
cubiertas por cortinas traslucidas
polvoreadas por la indecencia
por los sueños de otras vidas
drogando la mortalidad
subyugando el viaje
de una puerta ojo
a una venta hombro.
la luz extravía su forma
removiendo los satélites de la cordura
artefactos digitalmente editados
para guiar mi destino inservible
a la civilización que nace de tu sudor
y desaparece en la anemia universal.
almas vírgenes se secretean el infinito
en hipérbolas fantasiosas
trazando relatividades de un poro a otro
rezando
cantos con fe de uñas para dentro
cubiertas por cortinas traslucidas
polvoreadas por la indecencia
por los sueños de otras vidas
drogando la mortalidad
subyugando el viaje
de una puerta ojo
a una venta hombro.
la luz extravía su forma
removiendo los satélites de la cordura
artefactos digitalmente editados
para guiar mi destino inservible
a la civilización que nace de tu sudor
y desaparece en la anemia universal.
En cada rincón de tu cuerpo
los vientos se coagulan fermentando la soledad
vomitando la perversión
infecciosa y arenosa
enumerando tus gestos de arcilla
colgándolos en pares
en el cuarto negro estómago
imprimiendo los nones
secándoles en laminas manos
para poder fumarles con ceniza de mujer
las migajas nocturnas alimentan
ego murciélagos
que se esconden
como vil amante
pues hay tantos lugares en tu cuerpo.
los vientos se coagulan fermentando la soledad
vomitando la perversión
infecciosa y arenosa
enumerando tus gestos de arcilla
colgándolos en pares
en el cuarto negro estómago
imprimiendo los nones
secándoles en laminas manos
para poder fumarles con ceniza de mujer
las migajas nocturnas alimentan
ego murciélagos
que se esconden
como vil amante
pues hay tantos lugares en tu cuerpo.
Jesús Gallegos " Møzka"
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