miércoles, 12 de enero de 2011

MUJER EMPLUMADA

Para Grisell Santos

Mujer emplumada
viajas a una colisión rupestre:

[Extática leyenda de historia melódica]
Que se ha paseado
entre tus dedos como entre tus hijos,
seres que han sido sacudidos
por el mar
y que el fuego ha de consumir
sus malestares inundados,
sus vicios diacrónicos legados a los peces,
sus ungüentos urbanos para el desamor,
y las leyes dipsómanas contra la salvación;
hijos de tonos escarlatas
que crecen en tus ojos,
que vuelan sin un dios en el vientre
y engendran margaritas de sal
para velarte.

Mujer emplumada
conjúgate en la arena húmeda,
en la sombría ventisca azulina,
en los poros del sol menguante,
en la brizna que fríen tus amores,
e incrústate dónde debes ir,
más allá de mis pupilas lunares
y de la cúspide espacial,
para que llegue tu cuerpo a ser la ciudad
y cada una de los nacimientos esteparios
de la costa este del cielo.

Mujer emplumada
cuélgate de la penúltima estrella,
usa los atriles salinos del cielo
para levantar tu voz
con acento psicodélico
y regurgitar diez mil visiones
del final de tu cuerpo
colapsándose virilmente;
pregón ambidiestro de
tesitura compleja de relámpagos,
que sin gracias
inundan el cielo;
boceto atónito de jaguar,
traje que usamos cómo piel
y nombran a nuestros pasos
ciudad dónde moriste.






Jesús Gallegos

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